La entrada al cebadero es un momento de mucho estrés para el animal que repercute negativamente en su rendimiento productivo, siendo fundamental que se pongan en práctica todas las medidas posibles para mitigar los efectos del manejo, climáticos, el ayuno, la mezcla de animales y, especialmente, los efectos del transporte. 

Problemática del Transporte bovino

El transporte de ganado bovino para su engorde y posterior sacrificio es un proceso durante el cual el animal es sometido a múltiples factores de estrés, físicos y psicológicos, lo que influye negativamente en su salud y comportamiento productivo. Ante estos estímulos, la respuesta de los animales al estrés varía de acuerdo con diferentes factores, tales como: la naturaleza del viaje, la agrupación de animales desconocidos, el uso de pica, la presencia de ruidos, la alta densidad de carga, el tipo de vehículo y su forma de conducción, las condiciones de la carretera y duración del viaje, entre otros.

En estas situaciones de estrés en las que el animal no tiene acceso a comida y agua durante un largo periodo de tiempo, se produce una deshidratación en mayor medida por la merma celular debida a la salida de potasio y fluido intracelular, lo que afecta a las mucosas, la función del sistema inmune y la actividad ruminal. Todo ello predispone a los terneros a padecer diferentes patologías.

Los riesgos de la deshidratación en el ganado

Cuando los niveles de agua en el cuerpo no son normales, el organismo trata de compensar a partir de líquido extracelular y, en caso de ser necesario, de líquido intracelular. Cuando disminuye la cantidad de líquido corporal se producen desequilibrios de electrolitos y de ácidos-bases.

La deshidratación puede ser mortal, especialmente en animales jóvenes o agotados por diferentes manejos rutinarios, y puede promover problemas secundarios de salud como la acidosis e insuficiencia renal. La deshidratación es expresada en porcentajes de peso corporal perdido en forma de agua.

El buen manejo en la entrada implica la rehidratación

La rehidratación es lo más importante y se debe realizar antes de que los animales nuevos entren en contacto con los ya existentes en la explotación. Esto es importante porque la deshidratación hace que las mucosas del tracto respiratorio y digestivo estén secas y pierdan efectividad a la hora de cumplir su función de filtro frente a los patógenos. Por lo que, si no cumplimos con este paso, es posible que en unos días podamos ver síntomas de enfermedad bien sea digestiva, como diarreas, o problemas respiratorios. Se debe aplicar en todos los animales, independientemente de su peso y de la distancia recorrida en la entrada a cebo, con el objetivo de:

  • Corregir el nivel de deshidratación que haya sufrido el animal durante el transporte y manejo.
  • Adaptar el sistema digestivo tras el periodo de ayuno.
  • Aportar energía, sobre todo a terneros mamones.

Para esto, es importante poder ofrecer a los terneros un buen rehidratante que permita reestablecer el equilibrio hídrico y electrolítico, recuperando las características normales y funcionales de las mucosas y del aparato digestivo. Recomendamos el uso de BILANTUL REHIDRA®, un rehidratante isotónico en forma de polvo soluble; su dilución es a razón de 30 gramos por litro de agua y se debe suministrar de acuerdo con el grado de deshidratación, calculando la diferencia entre el peso de salida y el peso de entrada al cebadero.

Bilantul Rehidra, entrada en cebadero
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